Hoy le echo una ojeada a mi pasado, a la persona que era antes y en lo que me he convertido. A veces me doy golpes de pecho porque algunas personas específicamente él me hacen creer que estaba mal ser quien era, pero la verdad es que nunca estuvo mal. Todas las personas pasamos por distintas etapas en nuestras vidas, y nadie esta exento de cometer errores, pero si, de aprender de ellos. 

Toda mi infancia fui alguien muy introvertida, cerrada a mi y a mis pensamientos, conversaba conmigo misma de que bonito seria si pudiera expresarme mucho más, pero el miedo no me dejaba, siempre estuve encerrada en mi mente. Cuando llego mi adolescencia por fin empecé a conocer el mundo, empecé a tener lo que llamaba amigos por montones, y a tener planes por hacer, empecé a arreglarme, a ponerme bonita para mi misma, para mi en ese momento, era la mejor época de mi vida, hasta que empezaron los errores. No sé cuántos errores he cometido en mi vida, pero si sé que la lista es larga, bien sea por ignorancia o porque mi personalidad extrovertida por fin había explotado y sentía que podía pasar por encima de cualquier persona con tal de obtener lo que quería, era algo como lo que llamamos, una persona que no camina sino levita. Cada error me hizo perder cosas, me hizo perder amistades, me hizo perder familia, me hizo casi que perder el rumbo, pero también me hizo aprender que no debo hacer, me hizo aprender a respetar, me hizo aprender a ser persona. 

Puedo decir que desde mis 16 hasta mis 19 años fui una persona totalmente distinta a lo que soy ahora, pero de no ser por eso, no habría labrado los valores que ahora tengo. Sin embargo, sigo aprendiendo. 

No está mal ser quien eres, no está mal cometer errores, está mal quedarse allí, y no aprender de ellos. 

Comentarios